martes, 10 de noviembre de 2015

silencio






El silencio me acompaña y últimamente se ha convertido casi en una necesidad. Es más que eso. Estar en silencio me lleva a casa, me lleva a un lugar en calma en donde puedo ser. Donde mi ego puede relajarse y perderse un poco; donde no estoy sujeta a nada. Sí pendiente a la disciplina de mantener mi concentración centrada, a veces en la respiración, a veces en un sonido, y otras en el vacío.

En el silencio estoy en comunión con mi ser esencial y en el silencio puedo escuchar a mi corazón y discernir, observar lo que es bueno para mi y lo que no me conviene. Gran momento que intento extenderlo durante la jornada... y así evitar dejarme llevar por la inercia agotadora.
Bonne Journée!

El silencio es un camino precioso, que demanda más y más. Y la atención continuada que acompaña a ese silencio da paz y armonía a la vida.